Niña punk

 


Astrid Lingren. Pippi Calzaslargas (Blackie Books)

Pippi amasa galletas en el suelo de la cocina y después coge a su caballo en brazos para sacarlo al porche. No va al colegio, vive con la única compañía de un pequeño mono y su caballo e inventa datos y costumbres de otros lugares del mundo para reforzar sus argumentos o explicar por qué hace lo que hace.

Siempre dormía con los pies sobre la almohada y la cabeza debajo de las sábanas.

Así es como duermen en Guatemala – aseguró – . Es la mejor postura para dormir. Así puedo mover los dedos de los pies incluso cuando duermo.”

Su comportamiento es subversivo, desbarata a cada paso supuestas verdades que damos por hechas sobre la familia y la escuela, sobre la amistad, la moral o la muerte. Sus reacciones ponen patas arriba cualquier prejuicio acerca de la limpieza y otras costumbres y nos empuja a cuestionarnos cualidades como la fuerza y la belleza o nuestras propias actitudes hacia los animales.

Pippi, la niña de pasado trágico – su madre murió, su padre desapareció – se muestra indolente ante su propia pena. Si se permite un atisbo de tristeza, es sólo por un instante que da paso a un optimismo inquebrantable. Utiliza su fuerza sobrenatural exclusivamente para objetivos prácticos o humanitarios. Nunca tiene miedo. Miente sin parar. El juego y la amistad son prioridades casi sagradas para ella y el colegio cobra en su mundo un valor de despropósito, de institucionalización de la incongruencia.

Pero Pippi! – exclamó la profesora, empezando a perder la paciencia –. ¿Por qué no dibujas en el papel?

Hace tiempo que no dibujo en papeles. No hay espacio para mi caballo en esa mísera hoja. Ahora estoy dibujando las patas delanteras; cuando dibuje la cola seguramente llegaré hasta el pasillo.”

Su lógica propia, ilógica, absurda y cómica, conecta con otros clásicos de la literatura infantil. El desprecio hacia la adultez que no pierde ocasión de ridiculizar, recuerda al desdén de Peter Pan. El sinsentido lingüístico y moral como premisa, a Alicia.

Por las fechas en las que fueron escritas, las aventuras de Pippi Långstrump podrían considerarse una obra surrealista. Pero Pippi, esa pequeña feminista que recorre la calle con sus grandes zapatos – un pie en la acera, otro en la carretera – esa niña anárquica, provocadora, desafiante, inflexible ante los prejuicios de los demás, tiene más de superheroína punk que de personaje vanguardista. Ella sola pone en jaque, con su modo de vida, todo mecanismo de control social.

Pippi se echó un poco de leche en un oído.

No hay nada mejor para el dolor de oídos – afirmó.

¿Es que te duelen? – preguntó Bloom.

No – respondió Pippi –, pero podrían dolerme.”

Tengas la edad que tengas y por muchas veces que la hayas leído, Pippi te hará reír a carcajadas y querrás tener una amiga como ella.



Astrid Lindgren (Vimmerby,1907- Estocolmo, 2002)fue una escritora sueca.

Otras obras destacables de la autora son El Superdetective Bomkvist (1946), Mio, mi hijo Mio (1955) y Karlsson en el tejado (1955)

Comentarios

Entradas populares de este blog

Palabras como semillas

Sexo, mentiras y filosofía moral

Hechos, no palabras