Inquietante belleza, la vida misma
Lucia
Berlin. Manual para mujeres de la limpieza
“Ustedes
escucharán todos los detalles compulsivos, obsesivos y aburridos de
la vida de esta mujer sólo porque está escrita en tercera persona.
Caramba, pensarán, si el narrador cree que hay algo en esta patética
criatura sobre lo que merezca la pena escribir, será que lo hay.
Seguiré leyendo, a ver qué pasa.”
Sólo
Lucia Berlin puede escribir así. Sólo ella puede ser enfermera de
urgencias, madre alcohólica, señora de la limpieza, profesora,
recepcionista, niña de familia rica, ama de casa y ser creíble
siempre. Sus relatos, la mayoría escritos en primera persona, nos
acercan situaciones domésticas y familiares que superficialmente
parecen no tener gran importancia pero que, por su forma literaria,
cobran un significado más profundo, a veces social, otras veces
artístico o filosófico.
“Quizás
soy morbosa. Me fascina ver dos dedos en una bolsita de plástico, la
hoja reluciente de una navaja atravesando la esbelta espalda de un
chulo. Me gusta el hecho de que, en Urgencias, todo tiene arreglo. O
no.”
Con
abundante contenido autobiográfico, los cuentos de Lucia Berlin nos
muestran norteamérica desde otros puntos de vista, dinamitando
muchos de los estereotipos que desde Europa tenemos sobre Estados
Unidos. Nos enseñan la diversidad cultural desde una perspectiva
algo canalla, la pobreza y las diferencias desde los márgenes:
clínicas de desintoxicación, comprando bebida en licorerías de
madrugada, lavanderías en suburbios. Y nos hablan mucho de la
familia como fuente de conflicto y de desastres.
En
su escritura parece aflorar de forma natural una gran habilidad para
poner en evidencia las contradicciones que conviven en personas,
lugares o actitudes así como un estilo muy directo combinado con pasajes de una extraña belleza poética.
Su
sentido del humor, punzante, doloroso, a veces absurdo, recae a
menudo sobre sí misma. No se esconde ni da rodeos sobre sus
debilidades o sus trapos sucios pero tampoco se autoflagela ni se
desnuda patéticamente. Se ríe de sí misma con amargura pero desde
cierta distancia. Hay mucha soledad en sus relatos, profunda y
terrible, pero ni rastro de victimismo o culpabilidad.
“Sentada
aquí, mirando por la ventana el árbol donde ahora no hay hojas ni
cuervos, las respuestas a cada una de esas preguntas resultan
extrañamente tranquilizadoras. Son especulaciones imposibles. Todo
lo bueno o malo que ha ocurrido en mi vida ha sido predecible e
inevitable, en especial las decisiones y los actos que han
garantizado que ahora esté completamente sola.”
Parecería
que escribe para arrebatarle al pasado su derecho a ser definitivo y
para explorar en los intersticios entre lo que fue y lo que pudo
haber sido. Parecería que escribe no para ajustar las cuentas al
pasado sino para conjurarlo. Y, muy al estilo de la fotógrafa Sally
Mann, Lucia Berlin encuentra hermosura en imágenes familiares y
tétricas a la vez, en escenas que tienen tanta carga de
cotidianeidad como de tragedia. Consigue hacer brillar en sus
historias lo extraño y lo incómodo, una inquietante belleza, la vida misma.
Lucia
Berlin (Alaska, 1936- Los Angeles 2004)fue una escritora
estadounidense. Publicó varios libros de cuentos a lo largo de su
vida. Recibió el Jack London Short Story Award en 1985 por su relato
My jockey y su obra Homesick fue galardonada con el
American Book Award en 1991. Manual para mujeres de la limpieza
(Alfaguara) fue la primera publicación de una selección de sus
relatos en español. En 2018 se publicó una nueva selección
titulada Una noche en el paraíso.
magnifica reseña, me lo apunto
ResponderEliminarMuchas gracias. Me alegro de que te haya gustado, el libro te encantará. Un abrazo
ResponderEliminar