Hechos, no palabras

Emmeline Pankhurst. Mi historia (Capitan Swing)

                                                   

Casi noventa años transcurrieron desde que se presentara la primera propuesta parlamentaria en Gran Bretaña para aprobar el sufragio femenino hasta que este se hizo efectivo en 1928 para todas las mujeres mayores de veintiún años. Noventa años de resistencia feroz por parte de políticos de todos los signos a que las mujeres pudiesen participar en las decisiones civiles como ciudadanas de pleno derecho.

No menos feroz fue la contestación sufragista mantenida por cientos de mujeres a lo largo de esas interminables décadas. Emmeline Pankhurst cuenta en sus memorias, tituladas Mi historia, la parte de esa lucha que ella vivió en primera persona y de la que fue impulsora y guía. Escrito en 1914, el libro es una recapitulación de los pequeños logros alcanzados y un clamor indignado por todos los aún por conseguir, en un momento de tregua impuesta por la guerra y tras más de medio siglo de reivindicación ignorada.

Hechos, no palabras, sería para siempre nuestro lema.”

Comienza Pankhurst destacando cómo la guerra de los hombres, que deja un reguero de destrucción y dolor, se honra y se conmemora mientras que la lucha de las mujeres que a nadie daña, a excepción de a ellas mismas, se borra de la historia. Escribe con la certeza de quien ha vivido el sufragismo desde muy joven – su madre era ya sufragista – y conoce bien los estragos que la minoría de edad política produce en las vidas de las mujeres. EL sufragio femenino es innegociable no solo porque, por principios, debe ser un derecho sino porque supone, dice la autora, una necesidad acuciante dada la conexión entre la falta de libertades civiles y la miseria y el sometimiento a los que se ven abocadas las mujeres británicas.

“…si la civilización tenía que avanzar algo, esto sería únicamente posible con ayuda de las mujeres, mujeres liberadas de sus cadenas políticas.”

Con este afán de reconocimiento como garantía de dignidad fue fundada la Women’s Social and Political Union, la gran asociación sufragista desde la que las activistas por el voto femenino en Gran Bretaña dejarían claro que no se iban a conformar con las eternas promesas incumplidas y que no cesarían hasta que hubiera una propuesta de ley que legalizara el derecho al voto de las mujeres.

La narración de Pankhurst de los hechos más relevantes para el movimiento durante los primeros años del siglo XX está repleta de detenciones y procesos judiciales y penitenciarios porque las sufragistas, hartas del ninguneo histórico, pasaron a utilizar métodos más contundentes. Acudían a las sesiones parlamentarias e interrumpían a los miembros de la cámara preguntándoles insistentemente si concederían el voto a las mujeres; tiraban piedras a las ventanas del congreso; incendiaban buzones.

Estamos aquí no porque queramos saltarnos las leyes , sino porque queremos hacer las leyes.”

A pesar de la salvaje represión que sufrieron – la autora relata los encierros en prisión, las torturas, la alimentación forzosa cuando se declaraban en huelga de hambre –, continuaron sus campañas con un compromiso inquebrantable y fueron introduciendo novedades a sus tácticas publicitarias como desfilar con los uniformes de prisión o atacar obras de arte lo que paradójicamente les fue brindando una creciente simpatía de la sociedad inglesa.

Desearía vivir lo suficiente como para poder leer esa historia, narrada desde el sosiego, analizada con detalle, descrita a conciencia. Será un libro mucho mejor que este, escrito en mitad de la batalla.”

Mi historia es una autobiografía y al mismo tiempo es el reconocimiento de Emmeline Pankhurst a todas sus compañeras sufragistas, tanto las que le antecedieron como las más jóvenes entre las que se encontraba su hija Christabel, abogada que tuvo un papel desatacado en la defensa de las suffragettes en los juicios en los que frecuentemente se vieron involucradas. El texto de Pankhurst es un inventario de procedimientos, éxitos y sobre todo fracasos, un homenaje a las valientes luchadoras por la dignidad de las mujeres y un bello ejercicio de genealogía feminista.



Emmeline Pankhurst (Manchester, 1858- Londres 1928)fue una activista política británica, líder del movimiento sufragista y fundadora de la WSPU(Women’s Social and Political Union).


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