Paz en la tierra, paz para las mujeres

                                                          

Marcelle Capy. Pasaron unos hombres (ContraEscritura)


"Si estas manos se hubieran encontrado y unido unas a otras, para abrazar el cuerpo inmenso de la tierra entre sus palmas vivas; ... si se hubieran unido, a pesar de todo, para vivir: ¿Quién hubiera podido separarlas?"

Desde la impotencia que provoca un desastre como la guerra escribe la autora de este libro sobre la vida de un pueblo bajo el azote de la primera guerra mundial. La narración se fija en cómo las rutinas de la pequeña población francesa se ven alteradas por la lejana contienda. Ante la marcha de los hombres más jóvenes, las mujeres han de encargarse de las tareas campesinas, han de vendimiar, cuidar del ganado... Y pasarán los meses y llegará el tiempo de la siembra. La incredulidad dará paso a la resignación y a la desesperanza.

"Pero la guerra lo ha trastocado todo"

Los hombres de esta historia están ausentes o son extrañamente ajenos al pueblo -- como los refugiados belgas o los soldados rusos y alemanes que llegan para trabajar -- Son las mujeres las que vertebran el relato, las que mantienen el hilo de la vida en las tareas cotidianas, en el contacto con las vecinas y con la tierra.

Las estaciones y los elementos naturales forman parte de la narración tanto como las personas. La vida de las mujeres se entreteje con el curso del río -- que si crece inunda la cosecha -- con el viento, con el frío y con los almendros en flor, el sonido de los grillos, el granizo, el hielo.

"Por primera vez comprendiose que la guerra mataba. "

El contraste entre los ciclos inexorables de la naturaleza y el absurdo de un mundo humano alterado por la guerra ejerce el efecto de un argumento pacifista: las mismas manos que trabajan los mismos campos, las mismas vidas que dependen del mismo agua, de la misma tierra, se enfrentan en una vorágine de dolor y muerte sin sentido, antihumana, antinatural.

Ese transcurrir cotidiano de la vida de las mujeres hace patente el horror de la lógica belicista, el despropósito de una violencia obligada, impuesta, ineludible. Y así las palabras de Capy, en forma de relato vital y vitalista, se convierten en un alegato contra la guerra, contra todas las guerras, la primera y las que vendrán.



Marcelle Capy (Cherbourg, 1891- Pradines, 1962) fue escritora, periodista, pacifista y libertaria. Recibió el Premio Severine en 1930 por esta obra, Des hommes passèrent. Pasaron unos hombres fue publicada en España en 1932 con la traducción de Margarita Nelken que la edición de ContraEscritura de 2017 ha mantenido.

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