Feminista africana
Mariama
Bâ. Mi carta más larga
(Ediciones
Zanzibar)
“Negra
y africana, debería haberse integrado, sin roces, en una sociedad
negra y musulmana, habiendo pasado Senegal y Costa de Marfil por las
manos del mismo colono francés. Pero África es diferente, está
fraccionada. Un mismo país cambia varias veces de rostro y de
mentalidad, de Norte a Sur y de Este a Oeste.”
En
los años setenta, en Senegal, una mujer escribe a una amiga su carta
más larga, le escribe sobre su vida, sobre su pasado y sobre su
futuro. Acaba de quedarse viuda de un marido que la abandonó hace
años, después de más de dos décadas de matrimonio y con doce
hijos e hijas a las que cuidar, para casarse con una segunda esposa
más joven. Hay mucho feminismo en sus palabras en forma de reflexión
ácida y crítica sobre la situación de las mujeres en una sociedad
que está dando los primeros pasos en la independencia poscolonial
del país.
Asistimos
a los rituales funerarios propios del entorno y la clase social,
acomodada, a los que pertenece Ramatoulaye, la autora de la carta,
durante los que rememora momentos cruciales de su vida que va
desgranando para su amiga del alma, Aïssatou.
En
los pensamientos que Ramatoulaye comparte con Aïssatou salen a
colación muchos de los temas recurrentes en las autobiografías de
mujeres: el cuerpo, la belleza, los cuidados, la sexualidad, la
maternidad… pero toman mayor relevancia en la narración las
reflexiones sobre la persistencia de costumbres denigrantes para las
mujeres como la poligamia, los “turnos” del marido con sus
esposas o la “herencia” de la esposa viuda por parte del hermano
o el amigo del marido fallecido.
“La
elocuencia del espejo iba dirigida a mis ojos. Mi delgadez había
desaparecido, así como la soltura y rapidez de movimientos. Mi
vientre se veía por debajo de mis ropas que disimulaban mis gemelos
desarrollados por el impresionante kilometraje de mis paseos. La
lactancia había borrado la redondez de mis pechos. ¡La juventud
abandonaba mi cuerpo, sin ninguna posibilidad de ilusión!
Mariama
Bâ reivindica, a
través de
la voz y
la
mirada de
Ramatoulaye, con la que parece haber compartido varias circunstancias
autobiográficas, los derechos de las mujeres pisoteados durante
siglos. Insiste en destacar el egoísmo
de los varones que buscan satisfacer sus propios deseos y se
justifican con argumentos que todavía nos suenan muy familiares como
el de apelar a supuestas “necesidades” masculinas ineludibles.
Categoriza las tareas del hogar como un arte no remunerado ni
reconocido. Ensalza la amistad entre mujeres como el más poderoso
mecanismo de empoderamiento femenino y reconoce críticamente las
desigualdades y privilegios de clase o casta que operan en su
comunidad.
Tiene especial simbolismo la historia de Aïssatou que, procediendo
de una familia humilde y habiéndose casado con un hombre rico,
decide divorciarse porque
se
niega a aceptar que su marido
tome
una
segunda esposa y
consigue
rehacer su vida y tener una carrera profesional fuera de Senegal.
“Divididos
entre el pasado y el presente, deplorábamos el goteo que no
faltaba...Enumerábamos las posibles pérdidas. Pero sabíamos que ya
nada volvería a ser como antes. Estábamos plenos de nostalgia, pero
éramos enérgicamente progresistas.”
Este
libro, esta larga carta escrita por una mujer senegalesa durante los
años en los que el feminismo radical iba calando en occidente,
debería avergonzarnos
porque
de un plumazo se desembaraza de toda posibilidad de
paternalismo primermundista que tan
a menudo exhibimos desde Europa. Porque Mi carta más larga, en su
condensada brevedad, es una lección de feminismo vivencial,
doméstico, visceral. Feminismo no sólo radical sino, en todos los
sentidos, vanguardista y vital.
Mariama
Bâ (Dakar,
1929-1981)
fue
una
escritora, profesora y feminista senegalesa. Fue profesora e inspectora de educación en su país. Con Mi carta más larga ganó el Premio Norma de la Feria del Libro de Francfurt en 1980. También recibió el Gran Premio literario del África Negra en 1982. Su segunda novela, La canción escarlata, trata sobre el fracaso de un matrimonio entre un hombre senegalés y una mujer francesa.
Como siempre tus reseñas resultan inspiradoras, otro libro más a sumar a mis libros pendientes.
ResponderEliminarNo conocía a Mariama Bâ y gracias a tu manera de compartir tus lecturas se ha abierto una ventana para acercarme a ella. Con Chimamanda Ngozi aprendí que nuestra superioridad occidental que nos acerca a África como un todo sin historia diferenciada no tiene sentido. Cada pueblo y lugar tiene su memoria y su historia y cómo tú bien dices nuestro paternalismo nos hace creernos a la cabeza de las luchas y revoluciones, tal vez porque no hemos dejado que cada cual narre la suya o directamente las hemos silenciado.
Gracias, Julia.
Muchas gracias por tu comentario. Un saludo cariñoso.
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