Cáncer




María Hernández Martí y Javi de Castro. Que no, que no me muero  
 (modernito books)
Si buscan serenidad, rollo zen y buenos sentimientos, aquí no es.

A Lupe, una mujer con poca paciencia y sin pelos en la lengua le diagnostican cáncer de mama. Que no, que no me muero es una crónica, en forma de cómic y con altas dosis de cabreo y sarcasmo, de todo el proceso personal y médico hasta su curación y de cómo la vida pasa mientras tanto.

A través de breves episodios cotidianos organizados por orden alfabético (C, cirugía; D, dificultades; E, estrógenos; G, Gloria), Lupe nos ofrece, con mucho sentido del humor, vivencias del tratamiento de su cáncer y de las reacciones de gente de su entorno a la enfermedad y a, entre otras cosas, su cabeza calva.

Una gran parte de estos episodios son descripciones en primera persona de las innumerables consecuencias de la quimioterapia y la medicación hormonal en su cuerpo: la cirugía, la menopausia a los 38 años, los sofocos, el insomnio, la cabeza y las cejas sin pelo, engordar, la ansiedad, el cansancio...

Odio los anuncios de presume de axilas bonitas’, los de compresas solidarias contra el cáncer de mama (siempre me dan ganas de decirles que un porcentaje importante de nosotras se queda sin regla), los de madres con bebés regorditos que dicen que la alegría de la maternidad no se puede explicar con palabras mientras les untan crema en el culo, los de modelos flacas que comen chocolate y dicen lascivamente que ellas no renuncian a ningún placer en la vida (estoy segura de que cuando acaban de rodar el plano escupen la comida)”





El otro blanco del retrato mordaz de ese periodo de su vida son las personas que, hagan lo que hagan, parecen entrenadas para meter la pata o ser molestas: dan por hecho que va a morir, le aconsejan que coma mucha remolacha o la consideran una heroína por seguir viviendo con normalidad.

Me caen mal todas las personas que salen por la tele. Sobre todo las que hacen ruido”

Que no, que no me muero, se aleja por completo de cualquier testimonio edulcorado y entusiasta sobre superación del cáncer. Hay en el tono de la historia un profundo realismo y una insistente reivindicación del derecho a encontrarse mal, a sentir miedo y rencor y a hablar también de lo feo, de la tristeza, de la desesperación.

Pero lo peor no es tener las tetas más o menos asimétricas, ni el sobrepeso, ni los sudores, ni el miedo a que empiece otra vez, tampoco es la gente que te dice tonterías de autoayuda. Lo peor es la cabeza, ¿saben? (y nadie te avisa). Todo parece más oscuro, más inútil, más amargo.”

La protagonista parece resistirse a tener que sacar algo positivo de la experiencia (“sólo que no me he muerto”). Y a pesar de la mala leche y del humor rabioso e irreverente, o tal vez por todo eso, el resultado es un relato divertidísimo y la voz de Lupe se siente como un soplo de aire fresco.




María Hernández Martí(Las Palmas, 1970)es licenciada en Geografía y máster en Periodismo y ha trabajado como profesora, redactora, responsable de comunicación, correctora… Es autora del libro de cuentos Vida Tinta (Almuzara, 2008)

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